Experimentos realizados en el campo de la neurología
han demostrado un aspecto sorprendente en el funcionamiento cerebral. En un
laboratorio se le pidió a un sujeto que mirara un objeto mientras se medía su
actividad cerebral mediante tomografías y luego se le pidió que con los ojos
cerrados imaginara ese mismo objeto. El resultado fue que las funciones eléctricas
del cerebro fueron exactamente iguales cuando miraba el objeto con ojos
abiertos, que cuando lo imaginaba con ojos cerrados.
Surge la pregunta: ¿Qué es la realidad, lo que se ve o lo que hay en el interior del que ve?
En consulta con pacientes se evidencia este hecho. Cuando la persona está
verbalizando la situación que lo llevó a hacerse una terapia, en ese mismo instante no está frente a los
hechos. Lo que cuenta son imágenes ocurridas
en la mañana o el día anterior o la semana pasada, mejor dicho, en el pasado. Pero cuando lo narra su cuerpo
experimenta reacciones físicas y emocionales que están ocurriendo en tiempo presente.
La supervivencia de la especie está dada gracias
a un torrente de hormonas que se
disparan para huir o
atacar en el momento que el cerebro interpreta que hay peligros.
En este momento se pasa por una experiencia de estrés, que el cerebro utiliza
para salvar la vida. Pero ya vimos en
los experimentos de laboratorio que para
el cerebro lo que ve o lo que imagina es exactamente igual. Y si lo que imagina
son experiencias del pasado, entonces podríamos decir que para el cerebro
tampoco hay distinción entre el presente y el pasado, él simplemente reacciona
ante el supuesto peligro, para salvar la vida.
Las emociones son numerosas veces reacciones al presente, interpretado con imágenes o memorias del pasado, a través de las que se corroe el cuerpo por la constante descarga de estrés, enfermándolo. La mente además debilita el sistema nervioso, al estar viviendo en el pasado.
La propuesta de la Terapéutica Transpersonal para el manejo del estrés es volver de forma consciente al presente, siendo un observador neutral, sin juicio alguno. Por eso se dice que solo en el presente somos libres y recuperamos el poder.
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