LIBERAR APEGOS
La otra noche filosofando con unos amigos salió un
tema que me apasiona, “el significado de los objetos”. Esto se debe a que cada
vez que los utilizo en consulta con mis pacientes, siempre son portadores de
respuestas y no deja de sorprenderme positivamente su alcance para revelarnos
secretos.
Uno de mis amigos contaba la experiencia de
alguien cercano. Se trata de un hombre mayor que había acumulado durante su vida una infinidad
de objetos, libros, agendas y revistas que están guardados en varias
habitaciones de una antigua casa de un sector tradicional de la ciudad. Por
motivos que no viene al caso contar, se dispuso de un equipo de personas
contratadas para remover, limpiar y botar parte de este menaje.
El caso es que el estado anímico de este hombre
ha pasado desde la melancolía profunda a la furia intensa, cada vez que se da
cuenta que una persona ajena a él tiene la osadía de botar literalmente sus
pertenencias a la basura. Y no es para menos, cada objeto cuenta una experiencia,
un encuentro, un momento. En resumealguien desconocido lo está despojando de
su historia personal, para arrojársela al basurero.
Esta historia me hizo recordar el caso de una
amiga quien, luego de fallecer dos de sus seres más queridos con un año de
diferencia entre cada uno, ha hecho un alto en el camino, y por su propia
cuenta se ha puesto en la tarea de limpiar, como dice ella, ‘su almario’ en el
que ha mirado cada foto, recuerdo, objeto y rincón de su casa, con el fin de
sentirlo y llorarlo. Y luego con gran desprendimiento ha regalado montañas de
cosas.
Parece ser que este hecho de hacer un alto en el camino, para voltearse a mirar hacia atrás y escuchar la propia historia, la que es contada por los objetos que han adquirido un valor personal, permite que su significado pase a integrarse en nuestro interior. De este modo hay una posibilidad de liberar al objeto del contexto personal y devolverle nuevamente su propio estatus de: objeto.
Parece ser que este hecho de hacer un alto en el camino, para voltearse a mirar hacia atrás y escuchar la propia historia, la que es contada por los objetos que han adquirido un valor personal, permite que su significado pase a integrarse en nuestro interior. De este modo hay una posibilidad de liberar al objeto del contexto personal y devolverle nuevamente su propio estatus de: objeto.
Encuentro que este proceso, no necesariamente
fácil, abre un camino hacia la liberación del exceso de equipaje con el que a
veces cargamos. Y digo ´equipaje´ refiriéndome no solo a los objetos, sino
también a las emociones y los dolores, a las que a veces sin saber porque nos
aferramos indefinidamente. Hay muchas formas de estar atrapados en el pasado y
una de ellas es no mirarlo.