LAS EMOCIONES NOS VUELVEN ADICTOS
Las emociones son las que nos avisan si nuestros
pensamientos son de dicha y paz o si por el contrario nos estamos alejando de
estos.
Según las neurociencias nos volvemos literalmente adictos a
una cierta forma de sentirnos. Teniendo en cuenta que todo pensamiento produce
una emoción, cada vez que tenemos los mismos pensamientos, estos se encargaran
de producir las mismas emociones.
De esta manera se crea un ciclo pensamiento-emoción al que nos volvemos familiares. En los inicios de este ciclo, sí el pensamiento es negativo prepara al cuerpo con químicos para defenderse o huir de la situación. No importa que esta sea real o imaginaria, para el inconsciente es lo mismo. Estos químicos mantenidos por mucho tiempo van haciendo que el sistema se vaya haciendo adicto a ellos.
De esta manera se crea un ciclo pensamiento-emoción al que nos volvemos familiares. En los inicios de este ciclo, sí el pensamiento es negativo prepara al cuerpo con químicos para defenderse o huir de la situación. No importa que esta sea real o imaginaria, para el inconsciente es lo mismo. Estos químicos mantenidos por mucho tiempo van haciendo que el sistema se vaya haciendo adicto a ellos.
Finalmente es más fuerte el sentimiento que los mismos
pensamientos. Por lo tanto, el cerebro se encarga de pedir más de esa sustancia
para sentirse nuevamente de esa manera que ya le resulta conocida. Así nos quedamos literalmente atascados en pensamientos y emociones del
pasado.
Una vez se establece esta rutina mecánica para el sistema,
llegamos a creer que eso que pensamos y sentimos es nuestra naturaleza. Eso quiere decir que no conocemos otra forma de ser. Por ejemplo: creer que se es pobre. Cada que
sucede una situación que active el pensamiento de pobreza, se sentirá pobre. Esto
reconfirmará su condición y no encontrará
opciones diferentes a las que ya conoce.
Aunque parece que todos somos víctimas de nuestros propios
vicios de pensamiento y emociones, hay forma de salirnos de la repetición. Lo
que nos saca de la inconsciencia es su opuesto: la consciencia.
Sí, la consciencia en las emociones nos mostrará el tipo de pensamiento recurrente al que somos adictos. Lo anterior unido a la voluntad de cambio, posibilita la creación de nuevos y diferentes circuitos pensamientos-emoción que traigan mayor bienestar.
Sí, la consciencia en las emociones nos mostrará el tipo de pensamiento recurrente al que somos adictos. Lo anterior unido a la voluntad de cambio, posibilita la creación de nuevos y diferentes circuitos pensamientos-emoción que traigan mayor bienestar.
Así que una manera de salir de este ciclo es crear nuevas
rutas de pensamiento. Lo que produce una forma diferente de sentir. A veces sucede como cuando un adicto intenta dejar una droga dura. Hay resistencia.
Pero a punta de voluntad y de repetición se logra cambios extraordinarios. Es literalmente como un cambio de personalidad.
Pero a punta de voluntad y de repetición se logra cambios extraordinarios. Es literalmente como un cambio de personalidad.
·