Se define como asertividad la capacidad de ser firme con las decisiones
personales, dejando de lado la pasividad. Las personas asertivas no permiten que
otros decidan por ellos, y mucho menos que se pase por alto sus deseos y
valores.
En otras palabras, son la clase de personas que
tienen una visión clara del mundo y del camino que quieren recorrer. Paralelo a
esto, comunican exactamente lo que desean, sin titubeos, pero además lo hacen de
forma amable y cordial. En resumen, son capaces de mantener el respeto para sí mismos
y los demás.
Un ejemplo cotidiano de asertividad podría ser:
En un restaurante un comensal pide un jugo al
clima porque está con principio de laringitis. Pero el mesero le trae el jugo helado
y lleno de hielo. Una persona pasiva
recibiría el jugo con hielo y se lo bebería sin decir nada. Una persona
agresiva se enojaría, trataría mal al mesero y haría pasar un mal momento a su
acompañante.
Una persona asertiva no se deja llevar por el
criterio de otro y tampoco recurre a la ira para comunicar su inconformidad. De
forma educada haría saber al mesero que su pedido no fue entregado a
satisfacción y solicitaría ser cambiado.
Otro ejemplo puede ser cuando se es invitado a
un sitio donde no se quiere ir, pero de todos modos se acepta a sabiendas que será
un mal momento. Por lo anterior, el aplomo y equilibrio son cualidades escasas con
las que cuentan pocas personas.
Si bien para los asertivos la vida no está resuelta
ni el cielo ganado, sí son el tipo de personas que no pasan desapercibidas y
son siempre recordadas. Este hecho los hace triunfadores. Son personas que se
convierten en guía y líder de otros, normalmente de los del tipo pasivo.
Ahora bien, la calidad de la comunicación viene
de la mente inconsciente. Entonces cuando hay antiguas heridas de abandono, pérdida
o rechazo, el mensaje transmitido no es asertivo. Esto se debe a un programa de supervivencia que antepone la
necesidad de aprobación y pertenencia a
un clan o círculo.
Por lo tanto la verbalización está teñida de rodeos,
titubeos, inseguridad o agresividad. A causa de esto la asertividad se pierde
en pro de la defensa de los propios miedos. De aquí surgen las personas manipuladoras,
mentirosas o que constantemente se disculpan o se cuidan del que dirán.
En resumen, ser asertivo es saber decir las
cosas sin vergüenza y sin temor a lo que los demás piensen, pero con respeto y
claridad.
0 comentarios:
Publicar un comentario